jueves, 11 de junio de 2009

Consolamentum. Los Hechos

Consolamentum
LOS HECHOS
¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Estamos solos en el universo?
¿Por qué irremediablemente nuestro cuerpo, sin saber porque,
en un preciso momento, comienza a deteriorarse hasta que morimos?
¿Cuál fue el origen de la vida, de Dios o del universo?
Durante miles de años nos hemos hecho preguntas como las
descritas o similares. Desde los albores de la humanidad hemos
necesitado alcanzar respuestas a incógnitas que se nos antojaban
decisivas en el desarrollo de nuestra existencia, sin embargo, otras
cuestiones que consideramos más terrenales y menos cruciales,
como el por qué nos odiamos entre nosotros y cómo poder formar
una sociedad mejor donde coexistir en paz, parece que no nos interesan
demasiado y nos abandonamos a cuestiones más trascendentales
en apariencia.
La religión ha proporcionado razonamientos a nuestras carencias
intelectuales en un principio, cuestiones referentes al origen de
la vida, al por qué estamos aquí, a la existencia de la muerte y que
sucede cuando morimos, son temas que han sido tratados por las
religiones en general. Es cierto que como consecuencia del espíritu
humano, tan contradictorio, a menudo se ha producido la aparición
de diversas creencias, sin embargo, si las analizamos un poco, en
cierta manera su núcleo principal es semejante, todo dogma, culto o
religión nace de la afirmación de que existe una fuerza creadora, un
ser o una inteligencia superior de donde todo procede. A partir de
esa base, cada cultura antigua o contemporánea ha elegido la forma
más idónea para rendir culto a ese ente.
Por supuesto, esta divergencia de creencias trajo consigo intereses
personales que sólo acarrearon más dolor y sufrimiento. Si
echamos un vistazo a la historia de la humanidad, descubriremos
que en el nombre de Dios se han cometido verdaderas atrocidades.
El hombre ha matado, torturado y doblegado el espíritu de su semejante
en nombre de las diferentes formas de adoración a Dios. Es paradójico,
¿no crees? Una fuerza hacedora que nos proporcionó la
vida en un sentido puramente altruista debe ser testigo de cómo sus
creaciones se han enzarzado en guerras estúpidas entre sí por la
mera razón de imponer la forma de rendirle culto. Un culto tras el
que siempre se esconde la ambición de poder. Inaudito.
Sobre estos homicidios en gran escala y este incomprensible
rencor hacia otra forma de adoración, me gustaría resaltar dos casos
en especial y que además, nos sumergirán un poco en la trama de la
novela.
Uno de los ejemplos más claros sobre perpetrar brutalidades
contra el prójimo se concentra en la unión del pueblo romano con
algunos cristianos primitivos. La Iglesia Católica. La Santa Madre
Iglesia, como algunos la llaman, creó dos instrumentos que yo denominaría
demoníacos e infernales: La Santa Inquisición y Las Cruzadas.
Ambas azotaron y atemorizaron a la humanidad en la antigüedad
y a la postre, determinaron la hegemonía como religión general
del cristianismo. El cristianismo mostró durante muchísimos años el
rostro de La Iglesia Católica, pero a cambio del derramamiento de
sangre inocente. La propia Iglesia pidió perdón no hace mucho tiempo,
pero la pregunta es, ¿quién devolverá la vida de miles de mártires
que sucumbieron a los designios de seres malignos que decían
adorar a Dios?
Dos tendencias de fe acusadas de herejía, título con el cual sentenciaba
La Santa Madre Iglesia a cualquier idea que no procesara
sus propias premisas, fueron la de Los Templarios y la de Los Cátaros.
De los primeros se ha escrito mucho y de los albigenses, aunque
es verdad que existe extensa información, no se ha dado tanta
mención como la suministrada a los hermanos pobres de Cristo.
Recordemos quiénes eran y qué representaban estas dos doctrinas
radicales del cristianismo, así podremos entender, si es que es posible,
el porqué el brazo de La Iglesia los exterminó.
El origen de Los Templarios se remonta a unos sacerdotes que
vieron la necesidad de defender a los peregrinos y fieles en los caminos
que llevaban a La Ciudad Santa. En un corto periodo de tiempo
La Orden de los caballeros del Temple cobró una fuerza inusitada.
Bien conocen los lectores sobre estos temas que se han relatado innumerables
misterios que rodean a esta Orden cristiana, sin embargo,
siempre logramos alcanzar la misma conclusión, los templarios
eran sacerdotes guerreros que defendían los intereses de la Iglesia,
entonces ¿por qué se ordenó aniquilarlos por completo, acusándolos
de herejes? Un misterio…, o no. Sin duda, no queda hoy ningún vestigio,
La Iglesia se ocupó concienzudamente de ello, pero algo sí sabemos,
La Orden del Temple constituía una gran amenaza para La
Iglesia, su gran poder adquisitivo y su crecimiento desmesurado empujó
al catolicismo a sentenciarlos a muerte. Una atrocidad sin precedente.
Si lo ocurrido con los caballeros templarios fue una verdadera
barbaridad, la desaparición de los llamados hombres buenos, es
decir Los Cátaros, se queda sin calificativos. Los cátaros tienen su
origen en la ciudad de Albi, Francia. Además de por el nombre de
cátaros, se les conocía por albigenses, en clara referencia a su lugar
de origen. Los cátaros eran una extraña rama del cristianismo, no
usaban crucifijo, símbolo cristiano que el catolicismo quiso imponer,
rara forma de conmemorar la vida del Mesías, inmortalizarlo
como mártir y no como liberador, no creo que sea la forma más conveniente
de recordarlo, dicho sea de paso. Los cátaros no comían ni
mataban animales de sangre caliente, únicamente se alimentaban de
pescado, verduras, hortalizas y fruta. Sus mujeres ostentaban los
mismos cargos que los hombres, algo que contrastaba con los demás
cristianos. Eran celosos cristianos que ayunaban, auxiliaban a su
prójimo y que no pedían el diezmo como sus hermanastros católicos,
sino que era mediante su trabajo que se ganaban su sustento. En
realidad no se hallaba ninguna actitud maléfica por la cual se les pu-
diera considerar herejes, no obstante, “la pericia católica”, esa maldad
latente, supo encontrar entre los albigenses signos de herejía.
De nuevo, ¿cuál fue la verdadera razón de su destrucción? ¿Por qué
se emprendió contra ellos la más grande y sangrienta cruzada conocida
hasta entonces? Posiblemente la causa, como de costumbre,
fueran intereses políticos y económicos.
Razones políticas y territoriales han sido la explicación más
pragmática, sin embargo, hay otras hipótesis sobre el porqué se aniquiló
a Los Cátaros por completo en su último reducto a las faldas
de la montaña de Montsegur. Hipótesis de carácter puramente místico
y espiritual que responden a un conocimiento secreto o a la posesión
de algún objeto que pudiera poner en peligro el domino católico,
ante lo cual, La Iglesia buscó la solución en el genocidio. Quizá
nunca lo sabremos…, o sí.
Sirva esto como una puerta por la que adentrarnos en los misterios
que configuran estas dos corrientes cristianas que tan injustamente
fueron exterminadas.
Por otro lado, tanto el origen de Dios, como saber si estamos
solos en el universo, siempre ha fascinado al hombre. ¿Quién es
Dios? ¿De dónde procede? ¿Nació o siempre existió? Nadie lo sabe
y por contra, todos creemos saberlo. Otra gran incógnita, otro gran
misterio. ¿Estamos solos en el universo? Más allá del escepticismo,
cabe pensar que el hecho de creer que estamos solos en un universo
tan vasto y de incalculables proporciones es un ejercicio de egoísmo
y prepotencia. Es posible que exista algún mundo con características
parecidas a las nuestras con la posibilidad de albergar vida en
alguna galaxia lejana, por remota posibilidad que haya no creo que
seamos los únicos ocupantes de este inmenso universo. Y si determinamos
que hay vida fuera de nuestras fronteras terrestres la siguiente
incógnita sería, ¿nos visitaron alguna vez? ¿Se nos reveló
algún conocimiento que diera respuesta a las preguntas que nos hacemos
cuando descubrimos los misterios que esconden algunas de
las culturas antiguas? ¿Fueron estos seres no terrestres los creadores
de fabulosas construcciones, como La Gran Pirámide de Keops, La
Esfinge de Kefrén, o las diferentes edificaciones mayas o aztecas?
¿Estuvieron implicados en el origen de la vida?
Consolamentum es una novela en la que se plantea una hipótesis,
ficticia por supuesto, sobre todos estos temas candentes y que
tanto interés suscitan. Religión, organizaciones secretas, herejías,
ufología y Dios. Por supuesto hay mucho de ficción, no obstante,
toda ficción es conveniente tenerla en cuenta ya que surge a partir
de hipótesis posibles.
Consolamentum

No hay comentarios:

Publicar un comentario